7° Paseo por la Sexología

El Orgasmo

Qué es en realidad el orgasmo, cómo y por qué se produce

“…se fundieron en un solo cuerpo, él la penetró con fuerza  y ella gritó de placer…alcanzando el orgasmo a la vez…” 


Estas palabras bien podrían pertenecer a alguna novela, guión de película o a un relato incluido en una revista.
Existen ciertas creencias acerca del orgasmo y de la penetración vaginal  o mejor dicho,  del orgasmo en la penetración vaginal,  que en algunos casos hacen más mal que bien, creándonos problemas, traumas en nuestras relaciones, y a nosotrxs mismxs,  por hacernos creer y sentir  que somos infelices, incompletxs…por no sentir y alcanzar lo que se supone que siente y alcanza todo el mundo.
Para hablar de ello, vamos a echar una mirada a nuestro pasado.
Todo empezó cuando se logró caminar erguido.
Esto supuso un gran avance en la humanidad pero también algunos cambios anatómicos.
Entre ellos, en el cuerpo de la mujer,  la entrada vaginal se desplazó hacia delante y el clítoris, por acortamiento del pubis se deslizó fuera del canal vaginal. 


Esto llevó a que durante una penetración vaginal, debido a la distancia entre  la vagina y  el clítoris (diferente en cada mujer) no existe un contacto directo entre el pene y el clítoris, aunque en algunas posturas pueda darse cierta fricción o golpeteo de un pubis contra otro, pero  en la mayoría de los casos, puede resultar  insuficiente para disparar el reflejo orgásmico.
También sabemos que la vagina está pobremente dotada de receptores sensoriales. Tan sólo tiene unos cuantos en su tramo más externo. 
Mucho y variado se ha comentado sobre el clítoris, desde Freud hasta nuestros días,  desde que es un órgano inservible e infantil, hasta una obra maestra de ingeniería, rebosante  de receptores sensoriales  y terminaciones nerviosas.
Pero si algo seguro se sabe sobre él, es que es un órgano cuya única función es el placer.
El orgasmo femenino se expresa físicamente mediante contracciones rítmicas de los músculos y tejidos que rodean la vagina, pero la estimulación del clítoris actúa como un  potente desencadenante orgásmico.
Por lo que no existe un orgasmo vaginal y otro orgasmo clitoriano.
Sólo hay  uno.  
Pero sí, diferentes  maneras de vivirlo, sentirlo y expresarlo así como diferentes caricias para alcanzarlo.

Por poner un ejemplo gráfico,  existirán  mujeres con un disparo fácil, con un umbral orgásmico bajo, capaz de alcanzarlo durante una penetración vaginal mientras que otras, o en otros momentos, necesitarán de una estimulación más prolongada y directa sobre el clítoris.
En encuestas realizadas a mujeres, más del 98% afirmaron que se masturban alcanzando el orgasmo por medio de caricias en el clítoris, no en la vagina.
Pareciera que este artículo  se opone vorazmente a una amatoria vaginal, pero no es así o al  menos no es esta mi intención, pero lo que sí que me gustaría manifestar es que la obligación conjunta,  implícita y/o explícita del orgasmo,  durante una penetración vaginal no se sustenta con la anatomía genital femenina.
Las mujeres deseamos y disfrutamos en una penetración vaginal, no solamente por las sensaciones evocadas sino también por los sentimientos de unión, de complementariedad, los sentimientos  de calor y de fusión con el otro cuerpo, la pasión, la intimidad, la ternura… que se dan durante todo el encuentro erótico.
Por lo que juzgar un encuentro erótico entre dos personas con el único baremo de la existencia del orgasmo femenino, hace que nos perdamos y enredemos en las obligaciones, en las presiones, en los favores,  hasta en los engaños y mentiras y que a las consultas acudan mujeres  que nos cuenten: “…tengo un problema, sé que me pasa algo…, porqué no disfrutó con mi pareja…??
O bien, hombres, que se catalogan como menos hombres porque sus parejas mujeres, no llegan al orgasmo en sus encuentros eróticos con el elemento obligado de una penetración vaginal. 

Con o sin la parada del orgasmo, es un camino maravillo el del placer…
Y en ese camino, no deberíamos olvidar que para poder “traducir” todas esas sensaciones experimentadas en disfrute, en placer… necesitamos que tanto cuerpo y mente se encuentren en la misma onda erótica, sin metas ni presiones por llegar a un objetivo determinado, simplemente  recreándose, recorriendo, descubriendo, investigando…  por el simple gusto de hacerlo.



Ana Martínez Moreno
Sexóloga y Psicóloga
dimelo-siquieres@hotmail.com
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